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El día había sido largo y agotador, pero nada podía prepararme para lo que mi hijastra tenía guardado.Mientras me acostaba en el sofá, hundiéndome en la calidez del sol de la tarde, ella se acercaba, sus ojos se llenaban de un hambre que era imposible de ignorar.Abría la cremallera de mi pantalón, dejando ver mi palpitante hombría, y lo llevaba a su boca, su lengua bailando alrededor de la punta.Su excitación era palpable, sus labios se envolvieron alrededor de mi eje, chupando y tragando ansiosamente cada gota de mi caliente y blanca esencia.Era una vista para contemplar, sus grandes tetas naturales agitadas con cada jadeo de placer, su rostro se enterraba profundamente dentro de mi hombría.Esto no era más que una simple paja, esto era una dominación del deseo, un frenesí de follar que me dejaba sin aliento.La vista de ella tomando ansioso hasta su última gota de mi leche en su boca, sus ojos brillando de satisfacción, fue un testimonio de su apetito insaciable.Fue un paseo salvaje, una esencia llena de fetiche que nos dejó a ambos años por más.